miércoles, 20 de febrero de 2013

Terrorismo cultural

Hay cosas buenas, cosas regulares, cosas malas y hay cosas que directamente son terrorismo cultural. No voy ni siquiera a decir el nombre de esta tipa, no sea que alguien, por curiosidad, quiera pagar por verla.
Al menos es corto, 45 minutos. Pero ahí tienes a una kuki plantada en medio de la sala, sin moverse en todo el rato, hablando por un micrófono mientras tú la escuchas por unos auriculares. Pretende ser sensual o algo parecido. Pero la pobre ni lo huele.
Es incapaz de decir una sola frase sin hacer pausas cada tres palabras no sé si para intentar darle chicha a las mamarrachadas que dice. Frases tipo: "me llegó a al centro del placer" y mamonadas así. Frases de carpetera trascendental que no se las cree ni ella y con las que no sé qué coño pretende.
Existe, porque lo he visto, la danzaterapia, el teatroterapia y las chuminadasterapia, y luego hay otro género que es el terrorismo cultural, que es pensar que dos frases que a tí te parecen monas (pero que ni pa dios) pueden llegar a interesar a alguien.  
Ah, el momento álgido de la "función" es cuando ella anuncia: "ahora me voy a bajar las bragas". Lo peor es que se las baja.

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