martes, 5 de marzo de 2013

Lastres. Bellas Artes

Pues a ver. Si uno va a ver esto, tiene que saber a lo que va. Evidentemente no es Chejov, ni Shakespeare, ni nada con una profundidad avasalladora. ¿Y qué? Vas a ver un espectáculo banal, divertido y ligero. Y lo es.



Yo confieso que me meé de la risa. Las tres actrices están pa comérselas. Marta Belenguer carga con el papel más desagradecido, el más soso, el que menos recursos tiene y para el que han elegido el tono más difícil de defender. Y lo hace muy bien. Ana Fernández es grandiosa haga lo que haga. No la había visto nunca haciendo comedia y tiene recursos para dar y tomar. Es el personaje más antipático y menos "de comedia", y lo lleva de puta madre todo el rato. Y la explosión final es de jartarte de reír. Y luego, con permiso de las otras actrices, está Anabel Alonso. No para. No para de hacer el ganso, de meter morcillas, de reírse de todo. Cierto es que a veces pasa por encima de sus compañeras. Están las otras pobres con sus diálogos, y el ojo se te va a ella, que no para. Eso no me mola, porque hay que tener respeto por tus compis. Una función es de todos y hay que respetar a todo el mundo. Yo no he visto cosa igual. Están Meryl Steep, Hellen Mirren, Ana Fernández, la Wagener, Anna Lizarán (ya no), Blanca Portillo y toda una ristra de actrices dramáticas y en el polo opuesto está Anabel Alonso. Y no es ni mejor ni peor. Igual que de momento no me la imagino haciendo cosas "dramáticas", tampoco me veo a la Portillo haciendo comedia al nivel que está Anabel Alonso. ¿Qué es mejor? ¿Qué tiene más mérito? Pues el mismo.
Y el atracón de pollo merece la pena verlo.

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