miércoles, 22 de mayo de 2013

Pepita Jiménez. Canal.

Lleno prácticamente absoluto en Canal para ver una de las cuatro representaciones (sólo cuatro) de Pepita Jiménez, de Albéniz, con dirección escénica de Calixto Bieito. Muchos aplausos, y algún bravo tanto para el maestro como para la protagonista.
Y entre medias, la música genial de Albéniz. Y aquí creo que me voy a ganar la excomunión ya definitivamente. La partitura está muy bien, tiene trozos maravillosos, otro preciosos, y otros, para mi gusto, un poco sosos. Claro, yo sin querer lo comparo con la Ópera italiana y se me queda un poco pequeña. Me gusta que me subrayen el drama y la pasión. Evidentemente no seré yo el que critique a Albéniz, estaría bueno, pero como a ratos estaba viendo una especia de "Cavallería rusticana" española, me faltaba un poco de pasión. La orquesta, fabulosa, muy bien dirigida por José Ramón Encinar.



Y ya voy a la puesta en escena. Apabullante la escenografía, con los famosos armarios. Idea brillantísima y muy bien utilizada. El problema de ayer fue técnico. En un momento dado, un cantante se dejó abierta una puerta, y al mover ese armario, hizo tope, se atascó y ese armario en concreto dejó de funcionar. Claro, luego unos cañones iluminaron ese armario por donde debía salir la virgen, y durante unos minutos iluminaron la nada. Y la pobre virgen salió de por ahí mismo, por donde pudo. En fin, cosas de la técnica. Pero brillante idea la de los armarios. Las luces sin embargo no me gustaron mucho. Por partes: de entrada yo creo que este montaje era para haberse hecho en el Real. Si se han hecho "cosas" como "Ainadamar", por qué no se va a montar la Pepita ahí. Y seguramente, con la iluminación del Real habría quedado más apañado. En Canal, han iluminado con luz dentro del decorado y luego con cañones y los cañones quedaban pobretones. El resto de la luz, algo sosa pero me temo que por esas carencias técnicas.
Estuvimos en la segunda fila y ya desde el principio, tuvimos la sensación de que la orquesta se oía regu y a los cantantes, fijo que desde las filas de atrás no se les oía. Algo pasa en esa sala que el sonido de la orquesta se queda como metido en el foso y a los cantantes se les oye mal. Que conste que nosotros lo oímos muy requetebien, pero me da que desde atrás no.
Bueno, sigo con la puesta en escena, que me lío. Referencias a Buñuel, imágenes "irreverentes", sangre, gente frotándose con to lo que pilla... bien. Me gustó. Nada me estorbó, aunque algunas de esas imágenes me parecieran un tanto puestas "porquesí". Eso sí, lo que no veo es lo de las referencias a "La tía Tula"más que en que ella va de negro.
Los cantantes, soberbios y entregadísimos. Marina Rodriguez Cusí muy bien interpretando a esa criada malona que se pone hasta cachonda viendo el lío que hay montado y engatusando a todos para darse el gusto, como buena vecina chunga, de ver cómo sufren los demás. Gustavo Peña muy bien y Nicola Beller muy bien también, aunque un poco pasadita sobre todo en la primera parte. Grandes cantantes y actores los dos. Y mención aparte para Federico Gallar, con una presencia aplastante y una voz de morirte de gusto.
En definitiva, un espectáculo grandioso que debería haber estado en el Real para haberlo explotado mejor y haberle dado mayor repercusión e importancia, porque se la merece.

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