lunes, 12 de mayo de 2014

Elepé. La casa de la portera.

Mira que se estrenó hace tiempo "Elepé", pues nada, nosotros como gilipollas no lo habíamos visto todavía. Pero claro, igual es que el destino estaba esperando para hacernos ir este domingo y así coincidir allí con Carmen Maura. Los famosos no es que e impresionen especialmente, pero Carmen Maura es un icono. Un icono de los 80 y un icono mío. Pues toma, rodilla con rodilla.



"Elepé" es una gozada. Nos cuenta la historia de tres personajes del Madrid de finales de los ochenta que sí, sí, podrían ser personajes sacados de una peli de Almodóvar. Drogas, sexo, travestis, más sexo, más droga y el mazazo dramático al que nos tiene acostumbrados Carlos Be y que no voy a desvelar por si algún pardillo como yo todavía no la ha visto.  
Fran Arraéz está INCONMENSURABLE. Se tira de la peluca con la otra diva de "La casa de la portera" para ver quién es más reina. Pa comértelo. Divertido, picante, descarado, dramático, seco, borde, simpático, querible lo mismo te canta que te baila. Magistral Fran, magistral. 
Carmen Mayordomo que parece experta en cosas densas, dramones y cosas así como profundas derrocha petardeo y una bis cómica alucinantes. Las puta ama de la guasa y la comedia. Chica Almodóvar total. Iván Ugalde está entregadísimo pero lidia con el personaje más antipático. Fabuloso y valiente también. 

Una gozada. Homenaje cachondo, amable y dramático a unos años que marcaron a toda una generación, su forma de divertirse, de amarse, de entender la vida y la muerte. Bueno, qué coño, mi generación, que yo los 40 ya no los vuelvo a cumplir, jajaja.

Estupendo texto de Carlos Be, tierna, con mil elementos y mil giros sinceros, humanos y reales que te tocan el corazón con el envoltorio siempre perverso de la comedia. Actores magistrales, ritmo fabuloso y un toque como de "espectáculo de culto" que bueno, eso lo dirán los años, pero yo creo que sí, que ya es un clásico. Bravo de nuevo, Carlos Be, y bravísimos actores. Coño, y con la Maura al lao y poniéndose de pie al final y gritando "bravo" que es como si Velázquez te dijera que le gusta un cuadro tuyo. Brutal.        

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