lunes, 12 de mayo de 2014

Yo amé a Edgar Allan Poe, La casa de la portera.

Las cosas claras. Soy hipermegafan de "La casa de la portera", eso lo sabe to Cristo. No sé si sabéis que me encanta Carmen Mayordomo. Pues si no lo he dicho más veces, lo aclaro ahora. 
Dicho eso por delante, vamos al lío. 
No me ha gustado "Yo amé a Edgar Allan Poe". A ver. Está muy cuidada la puesta en escena. Ellas van muy bien vestidas, el espacio está muy bien iluminado y las dos actrices "dicen" muy, pero que muy bien. 



Creo que no funcionan tan bien los cambios de espacio. Eso de que rompan el "ambientillo" creado para decirte eso de "acompáñenme a la otra habitación" como que te corta el rollo. Luego no puede ser que una de las actrices esté haciendo como que lee y a la vez te vaya indicando dónde tienes que sentarte. No estaba lleno, quiero decir que no había problemas de falta de sitio. Eso a mí me saca del todo. Porque te está indicando dónde tienes que sentarte y al segundo mira hacia el libro como si estuviera en trance. Pero ya no cuela. Y luego es que es hablar y hablar y hablar. En realidad, más que teatro, es un cuentacuentos. Teatralmente no ocurre nada. Te sientas, te narran una historia de Poe (muy bien contada, eso sí, las dos son estupendas actrices, eso que quede claro) te cambian de habitación, te narran otra, te cambian de nuevo y te narran a la tercera. Y se callan y es que ha terminado.
Todo muy bien ambientado, muy bien interpretado, muy bien dicho, muy bien leído. Si vas buscando un cuentacuentos de historias truculentas no te lo pierdas. Si vas buscando algo un poco más "teatral", sintiéndolo en el alma, esta vez para mi gusto, no han acertado.  

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