martes, 30 de septiembre de 2014

Le nozze di Figaro. Teatro Real.

No había tenido ocasión de ver estas "Bodas" en sus anteriores pases por el Real. Esta era la primera vez que disfrutaba de esta apabullante obra del genio de los genios, esta vez junto con las sabidurías de Da Ponte y de Beaumarchais. Casi na. Así que no sé si por suerte o por desgracia, lo que recibí la noche del sábado me venía virgen. Las sensaciones eran novedosas. 
Voy de uno en uno. Ivor Bolton. Si ya le faltó un poquito de brillo en su "Alceste" del año pasado, con Mozart se le ve el plumero bastante más. Le faltó brillo, picardía, un pellizquito más de complicidad. Es como si la partitura le gustara, pero le diera todavía algo de respeto. Parece que le da miedito y no se atreve a tirarse del todo. Aunque por otro lado le metió una caña al "Voi che sapete", que la pobre Elena Tsallagova casi muere cianótica perdida y se lo habían ventilado en dos minutitos escasos. Sin embargo se dejó tentar no sé si por la belleza del "Dove sono" o por las exigencias de la soprano, pero consiguió que casi nos durmiéramos de lo leeeennntooo que se lo puso a la mujer. Claro, así ella intentó cautivar al respetable, pero... me temo que no lo consiguió.




La dirección escénica de Emilio Sagi es correcta, quizá se mete en pocos berenjenales y se limita a presentar una obra a punto de ser comedia dell'arte. Puede que el tono excesivamente relajado, con coñas que funcionan, incluso con acciones cotidianas y ciertamente "naturales" le de un tono fresco pero le reste una vuelta de tuerca que esta obra necesita. La lucha de criados con amos, los celos como motor, el deseo, el engaño masculino y la sabiduría y capacidad de maquinación femenina... todo eso se pierde. No hay rastro de nada de eso. Y si le restas poder a los porqués, se queda en un simple vodevil . No podemos olvidar que la condesa es Rossina, que Fígaro es criado y cómplice, que el que traga traga pero pelea, el que pelea es por algo, el que se deja hacer lo hará también por algo y que si las mujeres son infinitamente más inteligentes y maquinadoras que los hombres, será con algún propósito. En fin, que todo el entramado psicológico se me quedó un poco desvaído entre tanto juego y cotidianidad natural.
Me gustó Luca Pisaroni como Almaviva, aunque resultara de una lascivia casi de peli de Landa. Me gustó Andreas Wolf, aunque quizá resultara demasiado simplón. Los secundarios cantaron bien todos, pero las protas... La Susanna de Sylvia Schwartz resultaba muy convincente como actriz. pero vocalmente su voz se perdía demasiado. Muy, muy pequeñita. Sin embargo la condesa, Sofia Soloviy no me gustó. A ver, su voz es... digamos... rara y muy, muy poco mozartiana. Y encima hace una cosa que yo no soporto y es que es lo que en Valladolid se llama "usmia". "Usmia", rata, agarrada, poco generosa. Ella canta a su manera (con sus vicios y sus cosas que los demás le permiten) siempre a su manera. Y si son arias vale, porque ella se explaya y se luce, pero en cuanto es un dúo, trío, cuarteto, etc... en cuanto puede ahorrarse una nota, se la ahorra. Vamos, que se veía claramente que en algunos momentos no cantaba, sólo movía los labios. Puede que haga eso para guardarse y no gastar voz en esos momentos y reservarla para cuando realmente se luce. Pues muy bien, pero yo como espectador quiero que lo de todo, que se entregue y que intente hacer de cada función una función única, como si no hubiera un mañana. Y eso de ahorrarse notas no me mola. Tampoco me gusta demasiado su languidez y su presencia escénica me resulta fofa, como sin nada en su interior. Lástima no haber visto a la maravillosa Anett Fritsch. 




Lo que sí debo destacar por justicia es la impresionante escenografía de Daniel Bianco. Este artista evidentemente a estas alturas del mundo está claro que ha hecho de todo, con todo el mundo y en todas partes. Su capacidad artística es incuestionable y aquí se luce de forma brutal. Los dormitorios parecen sacados directamente de "El gatopardo" (otra referencia que aquí se pierde, el retroceso de la clase alta y el ascenso de la burguesía...) Algo hay de "El gatopardo" en "Le nozze..." a mi entender, y Daniel Bianco nos planta unos dormitorios absolutamente arrebatadores. Quizá el del primer acto resulte demasiado frío, pero le dan a la función una clase y una elegancia gigantescas. Bravo para el señor Bianco, sin duda, lo mejor de la noche.
Comienzo de temporada para mi gusto "salvado" por los pelos, y montaje que no sé cómo resultó en años anteriores, pero que ahora, en pleno 2014 no será recordado.    

Excítame. Fernán Gómez.

"Excítame" es un musical de Stephen Dolginoff que se presenta en la sala pequeña del Fernán Gómez. El sitio es perfecto para este musical de pequeño formato en el que la comunicación íntima es primordial. Me explico; puede parecer que el terreno perfecto para un musical sería un escenario enorme, para poder mover mucho aparataje. Si hablamos de "Priscilla", claro que sí. Pero el ingrediente especial que tiene "Excítame" es justamente le contrario, el hacer un espectáculo íntimo, cómplice, en el que cualquier decoración excesiva, distrae.




La amistad entre los dos protagonistas, ese amor oculto y dominante, la degradación de una relación, el sadismo del poderoso y la manipulación emocional son los temas principales que inundan este musical mucho más allá del "suceso criminal" del título. Eso es casi lo de menos, importa mucho más el proceso estrangulador de un personaje sobre el otro, el despotismo enfermizo del amado sobre el amante y la sumisión disfrazada de enamoramiento que lleva a ambos personajes al drama que viven. 
Dirección invisible y efectiva de José Luis Sixto que maneja los tempos, el ritmo, la progresión, la tensión dramática y los elementos que hay en escena. Y por supuesto mueve de maravilla a los dos actores, creando en el espacio reducido de la pequeña del Fernán Gómez, todo un mundo con muchos espacios, un pianista en escena y distintos ambientes, íntimos, sensuales, exteriores asfixiantes, una prisión y todo lo que quieran demostrando que el ingenio y el tener claro qué es lo que uno quiere contar es más importante y efectivo que los recursos y los elementos "decorativos".   
Aitor Arozamena sostiene al piano esta partitura concreta, con temas preciosos y con una musicalidad realmente buena. Las luces de Juanjo Llorens, fabulosas, el vestuario, la escenografía... todo de muy alta calidad y muy buen resultado.
Y por encima de todo dos actores cantantes que defienden sus personajes con convicción y arrojo. Marc Parejo y Alejandro de los Santos están soberbios. Cantan bien, y demuestran ser unos espléndidos actorazos que consiguen pegar esa salto de ponerse de repente a cantar sin perder la más mínima intensidad ni fuerza interpretativa. Están igual de bien cantando que "actuando". Es más, hacen que "cantar" sea una fase más de la interpretación, cosa dificilísima. Fabulosos. 
Recomendable espectáculo, rara avis en el panorama madrileño y desee luego, una gozada por la solidez de la historia y por el altísimo nivel del trabajo de sus dos (o tres) protagonistas.          

lunes, 22 de septiembre de 2014

Calígula. Fernán Gómez.

Te juro que nunca he visto la sala grande del Fernán Gómez tan llena. Y eso da un gustito...

Vamos a lo que vamos. Sinceramente, ¿qué se le puede pedir a un espectáculo para que cumpla tus expectativas? Yo diría que un buen texto, una dirección que si no es la hostia, al menos no entorpezca y que intente potenciar lo que quiere contar y lo cuente de una forma concreta y clara, unos buenos actores y... igual ya, ¿no?
El textazo de Albert Camus es conocido por todo el mundo. El emperador que quería la luna. El amante de su propia hermana, que cuando esta muere, enloquece de amor (por qué no) y decide echar un pulso a los dioses, imitarlos y poner a prueba a sus cercanos. Mata porque sí, insulta, roba, hace lo que le sale del nabo esperando que alguien se oponga a sus desmanes pero nadie se atreve a llevarle la contraria al semidios. El único que le cuestiona ligeramente es Quereas y en cierta medida su pelota principal, Helicón. Si este Ubú puede reinar como un auténtico loco y nadie le frena, si los desmanes que le permite el propio gobierno son incuestionables y no le hacen sentir imparable en sus locuras, eso significa que no hay cura para su infelicidad. Y si no la hay, ¿por qué conformarse con lo terrenal, con lo humano, por qué no querer... la luna?




Joaquin Vida, director de este montaje, se lo hace bien, marca bien las acciones, coreografía bien las escenas, sin grandes alharacas. Mejor dicho, es correcto y deja, eso sí, que la fuerza la lleven los actores. Sabia decisión cuando está claro que son grandes profesionales... casi todos. La escenografía es feota, un poco como de Estudio 1 pero de los regus. Aún así cumple su función. No estorba. Y como dije al principio, cuando todos los elementos son al menos correctos y nada chirría, salvo la música, totalmente prescindible, es suficiente. Sobre todo si tienes un texto tan bueno y unos actores como estos. 




Mira, yo lo siento pero tanto Xavier Olza como Héctor Melgares me parece que no están a la altura. Hay un universo de diferencia con sus compañeros. El momento violación es... sonrojante. Para mi gusto Fernando Conde está algo pasado. Marca demasiado cada palabra y la línea que mantiene no me gusta, me rechina un poco. Pero bueno, son opciones, yo lo habría llevado por otro lado. Lo cierto es que Conde ya tiene más que demostrado lo buen actor que es. El resto están bien, con mucho peso, con calidad y calidez, demostrando ser una panda de actores de raza. Sobre todo Antonio Gálvez, con un porte, una presencia escénica y una sabiduría en su "decir" que ya la querría ya pa mí. Impresionante. Alejandra Torray está fabulosa. Lleva el teatro en la sangre, se nota en cada gesto que es carne y sangre de escenario. Se las sabe todas y cada día al oírla, me recuerda en su forma y en su voz a su madre, la grandísima Nuria. Y Javier Collado. Otro igual. En sus genes no puede haber más teatro. Y lo demuestra en su energía, en su entrega, en su oficio. Sabe de sobra que es el papel de su vida y no deja pasar la oportunidad. Entrega todo lo que tiene y sale vencedor. Está fantástico desde su primera aparición. Su gestualidad, su pluma, su energía, su odio y su amor están medidos a la perfección y no llega a cargar en ningún momento (tentación fácil para muchos actores con más ego que calidad) pero Javier Collado Goyanes demuestra tener tantas tablas como arrrrte y nos regala un Calígula en su punto justo. Coño, Rodero era Rodero, pero... hostias!!




Pues lo dicho, espectáculo más que recomendable. Texto espectacular, puesta en escena correcta, actores brillantes y un montaje que no pasará a la historia del teatro español, pero que tiene bastante más calidad, dignidad y oficio que muchas cosas de las que se ven por ahí.          

Un disgusto danés. La pensión de las pulgas.

"Un disgusto danés" llega a La pensión de las pulgas después de haber estado hace años en el bar del Lliure de Gràcia.  Elena Fortuny y Gretel Stuyck interpretan este texto del propio director, Jumon Erra.



Dos amigas se reunen para cenar después de cuatro años sin verse. También veremos qué ocurrió cuatro años atrás entre ellas. 
Hora y veinte de raka raka sin parar. Cuando te quieres dar cuenta, llevas media hora de verborrea en la que ni se han movido del sitio. Y tampoco es que el texto sea nada del otro mundo. Lugares comunes, poca emoción giros... previsibles y poco o nada emocionantes y dos actrices empeñadas en resultar naturales. A ver, las dos demuestran tener muchas tablas, muchos recursos y ser realmente buenas, pero lo que hacen es plano, con una frescura buscada y poco natural. Poca garra en la dirección, basando todo en la fuerza de un texto que se queda a medio gas, perdido entre tópicos y situaciones previsibles y en la fuerza de unas actrices, que se dan todo lo que tienen pero que no consiguen levantar el montaje.

Medida por medida. María Guerrero.

Mi primer acercamiento al trabajo de Declan Donnellan se remonta nada más y nada menos que a 1984, cuando presentó "Pericles, príncipe de Tiro" en la Muestra de teatro de Valladolid, un pedazo de festival que logró despertar el amor por el teatro en muchísimos vallisoletanos. "La Muestra" era el acontecimiento del año y allá por 1984 se juntaron Donnellan con los Cheek by jowl, Pepe Rubianes, el primer trabajo de La Fura del Baus, "Accions", Sanchís Sinisterra con su Teatro Fronterizo, La Cubana o Els Joglars con su famoso "Teledeum" entre otros. Ahí es nada.    
Y pasan los años y los años y llega un día en el que te das de morros con un montaje como "'Tis pity she's a whore" y vuelves a flipar. Y claro, tu memoria se pone en funcionamiento, rastreas en tu mente y recuerdas aquel Shakespeare de hace tanto y atas cabos. Y al poco corres a ver su "Ubú rey" y vuelves a flipar, y ves que todo Madrid flipa, con lo cual no eres un bicho raro, cosa que por otro lado me la pela. Y te vuelves a encontrar con Donellan en Bogotá con una "Tempestad" bastante olvidable.  Pero... vuelves a ver de nuevo su nombre en la programación del CDN y te tiras de cabeza una vez más. Y aunque no flipes tanto como otras veces, reconoces en ese escenario mágico la labor de un creador, un maestro con un ingenio portentoso y sales sonriendo y encantado. 



Que vaya por delante que "Medida por medida" no es de mis textos preferidos de Shakespeare. Con todo y con eso, el trabajazo de Donnellan y de los actores del teatro Pushkin de Moscú le da una dimensión al trabajo que lo convierte en un imprescindible. 
El ingrediente de más peso en este montaje es sin duda la puesta en escena de Donnellan. El movimiento escénico es prodigioso. Esa masa humana que atraviesa el escenario y barre literalmente lo que en él hay y deposita en escena todo lo necesario produce un efecto chispeante, juguetón y muy, muy expresivo. Más aún, lo que "deposita" es mínimo, apenas una mesa, una silla y unos actores. Unos actores magistrales todos ellos, encabezados por la gran Anna Khalilulina. 



Pocos elementos en escena, una buena iluminación, un movimiento escénico prodigioso, unos actores poderosos son los elementos que emplea Donnellan para mostrarnos este retrato de una sociedad corrupta, en la que nuestras decisiones influyen en el dolor o el castigo de los demás, en donde que el otro viva o muera depende de nosotros, en donde mi egoísmo o mi generosidad tiene consecuencias directas y el de los demás las tiene en mí.  
Montaje imprescindible y necesario en nuestra cartelera, que ha conseguido que haya habido hostias por pillar una entrada y que demuestra que los grandes maestros no siempre son capaces de deslumbrar y alterar tu vida, pero sí de mostrarte un trabajo ejemplar y perfecto de gran oficio, de ingenio, de maestría y con la tremenda capacidad creativa y artística de uno de los grandes nombres de la escena actual.      

viernes, 19 de septiembre de 2014

Petit Pierre. Abadía.

Carles Alfaro nos trae a la Abadía la historia de "Petit Pierre". Basada en el texto bellísimo de Suzanne Lebeau, cuenta la historia de Pierre Avezard, un crío nacido "antes de tiempo" sordo, mudo, medio ciego y deforme al que sus padres colocan como pastor, "el oficio de los inocentes". Mientras el resto del planeta vive momentos convulsos con dos guerras mundiales, el primer crack bursátil, el auge del nazismo y todos los acontecimientos brutales del siglo XX, Pierre irá construyendo un carrusel de sueños con restos de chapa y maderas. Un mundo paralelo al mundo y al discurrir que no le acepta por distinto, por diferente, por raro, por deforme, por único. El texto, del que se ha despojado de las ataduras lógicas de estar escrito originariamente el verso, es de una belleza brutal, seca, como de cuento cruel que te atrapa como te atrapan los cuentos de hadas trágicos y te va llevando entre su música a un terreno desolador y profundísimamente hermoso. La historia y la vida de Pierre es tristísima y dura. Con la dureza del diferente, del raro, del apartado. Aunque quizá esa diferencia fue la que le salvó. Ocupado en el cuidado de sus amigas las vacas, pudo pasar desapercibido en unos años (muchos) en los que la diferencia era sinónimo de muerte.



Con la excusa de contarnos la historia de Pierre, se va haciendo como sin querer un recorrido por la historia del siglo XX. Una historia y un siglo tan cruel como la vida de Pierre. 
El texto tiene una belleza acojonante, con momentos sublimes como la narración de la crueldad del nazismo, o la visita a París, o la muerte del padre. Yo confieso que empecé a llorar como un condenao a los diez minutos y el hipo me duró hasta bastante después de acabar la función. 
Si el texto es prodigioso, la dirección de Alfaro, el diseño de luces de Víctor Antón, la música de Albert Sanz y el espacio escénico creado por Jaume Policarpo son de la misma belleza y poesía. Perfectos, sugerentes, expresivos, respetuosos y tremendamente bellos también.
Y por supuesto... los artífices de dar vida a esa amalgama de poesía son los dos actorazos que hay en escena. Jaume Policarpo está fabuloso. El Pierre que encarna no puede ser más dulce, más tierno y débil. Sólo te dan ganas de saltar al escenario a abrazarle fuerte. Y Adriana Ozores es de otro planeta. Evidentemente, el trabajo de memorizar, dominar y asumir ese texto gigantesco es brutal. Pero absorberlo de la forma en que lo hace, dominarlo, vivirlo, jugar cada palabra es mérito sólo de los más grandes. La Ozores tiene una dicción perfecta y asombrosamente natural (cosa rara en estos tiempos de "naturalidad") y encima consigue que la emoción que tiene que sentir y que nos tiene que contagiar, ella logra que esa emoción fluya. No hay ni un sólo momento en el que ella busque el texto que va a continuación, sino que toda la función es un fluir de emoción en emoción y consigue que el hachazo que es este espectáculo vaya como flotando por la sala y casi como si fuera una sinfonía nos vaya calando en el espíritu de una forma sutil pero persistente. Para contarnos las cosas como nos las cuenta la Ozores hay que ser cómica de casta. Es casi como aquellos cómicos que iban por las aldeas. Cómica de las de antes, capaz de dar sentido a todas y cada una de las palabras que su corazón he escogido para contarnos esa historia cruel y devastadora.
Si la recompensa a este trabajo se tuviera que medir en premios, Adriana Ozores se debería llevar todos los del mundo mundial . Pero si la recompensa se mide en lo que has conseguido traspasar y emocionar al público, al menos conmigo ha conseguido robarme el corazón y el alma durante muuucho tiempo. 



Lo flipante es que éramos muy pocos espectadores, por debajo de medio aforo. Y sinceramente, es injusto. Un espectáculo tan sincero y bello merecería una respuesta salvaje por parte del público. Recomendadlo, pordiosssss, porque es una puta pasada.                

martes, 16 de septiembre de 2014

Fira Tárrega 2014. Resumen de casi todo lo que he visto...

Tanto "Constructivo" como "Close encounters..." son también espectáculos vistos en la Fira de este año. Como el año pasado, he separado estos dos espectáculos por ser sin duda los más brutales. Pero no te creas que estos son moco de pavo. Ni mucho menos. Hay mucha joya aquí debajo, así que lee hasta el final, porque... bueno, pues porque sí. 


The blind. Teatr KTO.





Teatr KTO nos traen desde Polonia esta fantástica versión del "Ensayo sobre la ceguera" de Saramago. Teatro potente, con una colección de imágenes potentes y rabiosas. Realmente consiguen recrear sin diálogos la obra de Saramago y trasladan toda la potencia de la obra al escenario gigante del parque en el que lo vimos. Teatro de gran formato en el que la potencia de las imágenes se veía lastrada por eso tan imperceptible como es la frialdad del teatro en grandes espacios. Banda sonora cojonuda y un espectáculo que si por lo que sea acaba llegando a Madrid, desde luego hay que verlo.  


Travelling. Catalina Carrasco.





Se supone que Catalina Carrasco lleva un aparato que produce sonidos acordes con sus movimientos y que según baila se va creando la banda sonora. Bueno, no se supone, lo lleva. Pero ya está, no me gusta cómo baila, ni la coreografía ni la música. Todo se me quedó a medio camino. 



La velocidad del zoom del horizonte. Teatro de Arena. 





No sé ni cómo definirlo. La verdad es que lees lo que la compañía Teatro de Arena ponen en el programa y te asustas. Realmente se autodefinen de una forma que... madre mía. Pero es que lo que ves es aburrido, lleno de tópicos, pretendidamente trascendente y trascendental y muy pretencioso. Se supone que son cuatro seres que por pensar distinto al resto, los mandan de astronautas por ahí. Pero claro, hay jaleos, hay mentiras, hay replicantes, Alien, etc... Vamos que nada nuevo pero sobre todo esa pretendida trascendencia que para nada, vamos. Con las cosas tan interesantes que se hacen en México...Y mira que los actores son buenos pero es que ni con esas. Esa historia... 



Réfugiée Poétique. Claire Ducreux. 





Claire Ducreux junta dos espectáculos para crear este. Y se hace largo y reiterativo. Además explota demasiado el lado "edulcorado". Yo es que eso de ver a un vagabundo sonriendo como si fuera el ser más feliz del mundo, y con una pose y un gesto como de melancolía edulcorada que no me gusta. Mariposas, un currusco de pan, un abrigo roto, una ventisca y todo sin perder la sonrisa extremadamente dulce. A mi tanto almíbar me repatea, sobre todo cuando luego no hay tampoco un espectáculo de danza cautivador ni un trabajo asombroso. Hay un buen rollo tan exagerado que...   


Fugit. Kamchátka. 





La compañía Kamchátka presentan la precuela que completaría una trilogía que desgraciadamente no he visto. Un grupo de personajes indefinidos viven en una casa abandonada y derruida. Cada uno se dedica a una labor mecánica y misteriosa. Reciben una llamada y en ese momento deciden huir. Contigo. No sabemos ni a dónde ni por qué. Ellos mantiene un código de comunicación sutil y desconocido. ¿Quiénes son? ¿Huyen, son refugiados o son emigrantes? No sabemos nada. Sólo que por una extraña razón nos resultan simpáticos, nos identificamos con su extraña huida y les acompañamos por el pueblo escondiéndonos, corriendo, comiendo, en camión, sonriendo, huyendo o escapando. ¿Emigrantes o perseguidos? ¿Buscando o escapando? Fascinante e interesante aunque en el tramo final, a base de reiteración se desinfle y decaiga y llegue a hacerse largo. 



El Rey Gaspar. Foradelugar.





Te citan en una plaza. Una fotógrafa te cuenta su visión de la vida, cómo disfruta intentando captar el alma de la gente que pasa por su lado. Y por nuestro lado pasa el Rey Gaspar repartiendo globos a los niños. Le seguimos. Poco a poco iremos descubriendo la vida, los sentimientos, los sueños, las añoranzas y los miedos de este ser humano que dejó atrás una familia y que sigue guardando en paquetes sin enviar sus ilusiones y su amor por la libertad. Foradelugar hacen un espectáculo bellísimo, duro, impactante y delicado y te llevan de la mano por terrenos intensos y profundamente poéticos. Bellísimo.  


Chicken Legz. Animal Religion. 






¿Qué mejor forma de hacer que el ser humano se retrate a sí mismo que sacando el animal que llevamos dentro? ¿Y por qué no montarte un espectáculo de CIRCO así, con mayúsculas en medio de una granja? Las bestias pardas de Animal Religion (por lo que hacen y por cómo lo hacen) vuelven a deslumbrar y a provocarnos un subidón de adrenalina que te deja tocado pal resto del día. Circo cojonudo y original con sus acrobacias, su mástil chino, su música en directo, su de todo que te hace flipar y querer salir a pegar saltos o a gruñir. Todo eso envuelto en una imaginería bizarra y sucia necesaria. Y qué quieres que te diga, pero ver a ese tío leyendo Orwell a las bestias y esa canción declaración de amor al caballo y que no resulte grotesco es de tener muchísimo arte. Segunda vez que les veo, y segundo acierto. Soy adicto a los Animal Religion.


África. Luis Biasotto.





Tengo dos opciones. Puedo hacer como que no me he leído la explicación del programa, hacerme el listo y que parezca que lo he entendido todo. Y decir que si el "yo", que si "la imitación", "el olvido" y tontunas así o confesar que no me he enterado para nada de lo que me querían contar pero que me lo he pasado pipa con casi todas las escenas. Claro que con otras me he quedado con cara de lubina. 


Correction. VerTeDance.





Bueno, en realidad son VerTeDance junto con Jiri Havelka & Clarinet Factory. La compañía de danza, el director y un músico. Virtuosismo y expresión llevados al extremo en esta pieza divertida, asombrosa, y con un nivelazo de expresividad y de sentido del humor grandiosos. 

Una casa en Asia. Agrupación Señor Serrano. 





Lo que me pasa a mí con este tipo de espectáculos "multidisciplinares" en los que hay maquetas, vídeos, música y miniaturas es que me da la sensación de que podrían proyectarnos directamente el vídeo y ya está. Que no se produce ningún "hecho teatral" en ese momento, salvo por la parte técnica, que si funciona bien y si no funciona, se carga el espectáculo. Quiero decir que si técnicamente todo funciona, las funciones serán siempre iguales. Exactamente iguales. Y el "hecho único" de cada representación se me pierde. Eso sin contar con que en esta historia no me queda claro qué me quieren contar, si es una historia de buenos y malos, de indios y vaqueros, y quiénes son los buenos. El maniqueísmo es simplista y en este caso es fatal. 


Edge. Sergeant Tejnorová & The Commando.






Petra Tejnorová junta a varios actores y bailarines de diferentes países, todos entre 50 y 80 años y nos ofrece una visión de la vejez lúcida, nada condescendiente, dura y muy directa. La vejez no está contemplada ni como reducto de abuelitos dulces ni como garaje de decadencias. Sino como un estado natural al que se llega y en el que se siguen desarrollando las inquietudes de siempre mientras bailas con el desgaste o te marcas un claqué con la misma muerte. Retrato imaginativo, duro y seco sobre la vejez, sobre el paso del tiempo y sobre los sueños. De lo mejorcito de esta Fira sin duda. ¡¡Qué es la vejez si un chulángano como Sting tiene casi 63 años!! 

La supervivencia de las luciérnagas. Laminimal. 





Repaso a la época de la transición a partir de textos de Juan Mayorga y de Sanchís Sinisterra. Imágenes luminosas, impactantes. Utilización del espacio ingeniosa y juguetona y unos actores entregadísimos e inteligentes. Quizá decaiga hacia le final y el mensaje se diluya un poco en el tramo final. Pero trabajazo íntimo y muy, muy poderoso. Gran fin de fiesta para una Fira realmente buena. Una cita obligada año tras año.  

lunes, 15 de septiembre de 2014

Constructivo. Ernesto Collado y Piero Steiner. Fira Tárrega 2014.




Si hay algo que define el trabajo de Ernesto Collado es la sinceridad, la honestidad. Y la libertad, por supuesto. Pero sobre todo la honestidad con lo que nos quiere contar. No te engaña, ni te envuelve ni te decora el recado que te quiere dejar. Es tal cual.



Basado en la leyenda de Luigi Maestrini y Rafael Lanza, "Constructivo" nos ataca por dos frentes. Por un lado el manifiesto político, social o casi filosófico. Basta de construir edificios sin pensar en sus ocupantes. Se levantan moles sin pensar y sin preguntar a los seres humanos que los van a ocupar. Edificios con mandíbulas que mastican y tragan personas. Moles-esculturas con brillos, chapas, curvas y todo lo inhumano imaginable. Plazas de hormigón con bancos al sol para que mueran jubilados. Pero Ernesto y Piero tienen un plan. A tomar por culo todo eso. Los edificios son para lo que son y el que no lo sea, abajo. Y te lo dicen dos obreros. Dos currantes de la constru. Con dos cojones. Pero quién sabe mejor de qué va el tema de las casa que los que las levantan. No los que las hacen, ni los que las diseñan ni quienes las piensan, sino quienes las levantan con sus manos y su riñones. Ellos plantean acabar con una lacra que deshumaniza nuestro ecosistema humano urbanita. Al pedo.



Pero es que encima está el otro frente. Estos dos currantes, estos dos filósofos del ladrillo (del de verdad, no el del pelotazo asesino que ha servido de excusa para intentar aniquilar nuestra sociedad y nuestros sueños) son dos seres únicos. Piero (Luigi) recuerda día tras día a su abuelo y cómo él le enseñó a apreciar la belleza de la más famosa de las piedades de Miguel Ángel. Toma ya mazazo filosófico en toda la cara el que nos acaban de soltar. Un albañil que se emociona con su abuelo y con la Piedad. No se me ocurre una imagen más estremecedora y emocionante. Te juro que el corazón se me hizo cachitos.



 Y Piero junto con Ernesto (Rafael) te muestran ese prodigio de ingeniería, física, arrrrte y poética de la supervivencia que es el momento tomate. Gigantesco homenaje a lo simple, al lado bueno de la vida, al ingenio, al trabajo en equipo, a la complicidad y a la hermandad. Dos seres que buscan en sentido en lo sencillo. Casi como un haiku. La belleza y la sinceridad y honestidad (otra vez la honestidad) de lo puro y lo depurado. Por eso ellos son capaces con una mesa cutre, un trozo de lona y dos andamios de construir un hogar. Un hogar de cuento, con su chimenea, su humo, su matrimonio dentro. Porque ese hogar sí está pensado por y para cobijar. Por eso ese montón de restos es un hogar. Y así se cumple el plan.



Ernesto Collado y Piero Steiner son dos actores prodigiosos. Son como Tip y Coll mojados en el humor de Groucho Marx. O como un dúo sacapuntas con un corazón más grande que sus manazas. Antes de empezar te ofrecen lo que tienen, unos botijos por si tienes sed, un mundo derruido para que lo reconstruyas con ellos y una simpleza y depuración de formas y decoraciones tan descomunales como el plan que te proponen. 




Cada vez que he visto a Ernesto Collado he acabado rendido a sus pies y admirando de forma enfermiza se torrente de talento. Con este espectáculo sólo ha conseguido reafirmar esa profundísima admiración que me produce y que no pueda por menos que agradecerle que me haga la vida más bella y más sana cada vez que le veo y me empapo de su sabiduría vital.


 

Close Encounters of the Different Kind. Stereo AKT. Fira Tárrega.



Una mujer nos explica dos teorías distintas sobre la presencia de seres vivos en la Tierra. Una, que fue Dios. La segunda, que tras el choque de un meteorito con un planeta habitado, uno de los fragmentos, portando formas de vida primitivas, aterrizó en nuestro planeta. Ese grupo de gente son seres superiores que viven entre nosotros. No podemos distinguirlos, pero están ahí. Son el "Grupo T". Hasta ahí todo bien, porque es ciencia ficción. Y porque te ríes. Y porque el sitio que han elegido para este espectáculo es asombroso. Y porque está atardeciendo y todo es mágico. Y porque comprendes que esta gente tenga que pasar desapercibida mientras se buscan la vida en la Tierra, intentando sobrevivir sin llamar la atención. Y porque todo es tan cercano y tan lejano a la vez, que te lo vas tragando todo, poco a poco, entre risas, entre magia, entre efectos naturales y entre naturaleza. 
Y cuando te la han metido hasta el fondo te dan un giro a la historia y te das cuenta de lo que realmente te han querido contar. Y te estremeces, y te duele, y ves lo brutal, y mascas la soledad y saboreas la distancia y quieres que cambie el mundo y darías lo que fuera para reescribir la historia. Y ves que todos somos del "Grupo T." Ves que todos viajamos por las galaxias, de planeta en planeta aterrizando donde cae, y sobreviviendo en algunos casos como auténticos aliens.



El sitio que eligieron es acojonante, el comienzo es brutal y te desencaja la mandíbula de asombro. El campo, los sembraos, una tapia, una mesa, una bici, un balón nunca han tenido un significado tan amplio ni una fuerza tan estremecedora. Asombroso y terrorífico trabajo de Martin Boross con todo su equipo de Tárrega. Sin duda, de lo mejorcito que hemos visto este año.    

domingo, 7 de septiembre de 2014

Smiley. Off del Lara

El Lara inaugura una nueva sala y si miras la programación... flipas. La verdad es que hacía falta renovar el off del Lara porque era un poco... ya sabes. Y la sala nueva me encanta. Tienes lo problemas del no estar numerado y tener que hacer cola desde una hora antes pa pillar un buen sitio, porque eso sí, hay filas desde las que no se ve na. Pero bueno, la sala está nuevecita, monísima, y da buen rollo. Y encima ahora mismo (que yo haya visto) tienes "Pequeños dramas sobre arena azul", "Confesiones a Alá", "Las heridas del viento", y "Como si pasara un tren". Y que NO haya visto todavía... "El feo". Si yo fuera tú tendría problemas para elegir entre tanta joya.



Vamos con "Smiley". Lamento decir que de Guillem Clua sólo conocía "La piel en llamas", obra que me encantó. Y ahora "Smiley" demuestra que efectivamente Clua es uno de los principales dramaturgos de hoy en día. Son las dos caras de una moneda. De la dureza de "La piel..." al arrebato juvenil, fresco, divertidísimo y absolutamente brillante de este "Smiley" hay un universo. Y Clua demuestra maestría en ambos territorios. Tiene millones de premios, así que no voy a ser yo el que descubra el tremendo valor de Guillem Clua.
Pues sí, el texto de "Smiley" es brillantísimo, actual de verdad, realmente cercano, tremendamente fresco y además tiene dentro una preciosa historia de amor muy bien contada, muestra un mosaico de fauna, flora relaciones, términos y microcosmos que acercan y normalizan todo ese mundo gay a cualquier espectador y consiguen que TODO el mundo acabe gritando "bravo". En este caso, fíjate, sí tiene importancia que la historia de amor sea entre dos hombres. No por nada, sino por lo fresca, natural y comprensible que es. Creo que es la mejor forma de normalizar. El talento de Clua hace que se pase de la comedia más bastorra al melodrama o al drama o al lirismo o al vodevil en una serpentina emocional brillante, cercana, real y llena de amor, sensibilidad y cerdeo. Por dios santo, juntar "La fiera de mi niña" con el Grindr y que resulte coherente y emocionante es de tener un arrrrrte...



Aitor Merino está que te cagas. Te descojonas con él, con sus caras. Le comprendes, simpatizas con él y te desespera. Y la ristra de personajes que compone es  ES-PEC-TA-CU-LAR. Hace de todo y todo bien. Es un genio de la expresión, de lo concreto y de la falta de vergüenza. Es la hostia. Y Ramón Pujol...amos a ver... que es guapisimo y está buenorro que te cagas es evidente. Y no es un valor tampoco, es así y así es. (Suspiro) Lo que destaco de Ramón Pujol sobre todo es que me pareció que el 100% de sus gestos, de sus micorgestos, de sus reacciones, de cómo escuchaba, de cada movimiento, de cómo se emocionaba, de cómo lloraba, de cómo reía, de cómo miraba, de cómo interrogaba era PERFECTO. Justa y precisamente el que debía ser. Te juro que no he visto una interpretación tan absolutamente completa, compleja y precisa como la suya. A ver, hablo de una tragicomedia actual y fresca. Pero sí. Si yo fuera director llamaría a Ramón para hacer lo que fuera, para hacer todo, para mi siguiente proyecto y pal siguiente y pal otro. 
Que me perdonen mis mitos (ellos saben quiénes son), pero acabo de añadir uno nuevo. 



Y ahora... todos al Lara a gozarrrrr como perrossssss.     

Vacaciones en la inopia. Sala Tú

Vacaciones en la inopia. Mira, chico, no me preguntes de qué va "Vacaciones en la inopia" porque no sabría decirte. De sueños incumplidos, de impotencias, de engaños generacionales, de esperanzas atenazadas. Y de mucho más. De los vascos, de Palestina, de Israel, del deseo, del amor, del consumo, del juego...




Vayamos por partes. En este caso, ya a pesar del inmenso trabajo de los actores está en la mente y en la pluma de Iñigo Guardamino. De su cerebro privilegiado surgen mil brochazos a cada cual más ingenioso, ocurrente, gracioso, amargo y juntos forman un mosaico de genialidades como pocas veces uno ha podido disfrutar. Mil colores distintos, mil tonos, mil mensajes y mil estéticas. Cabalga del surrealismo de Groucho Marx a la lírica más bella y del "Black mirror" vasco a la videocreación. Impagable y doloroso el momento "rumana", antológico el momento "elefantes" y legendario el momento Israel-vascos. Imposible describir tantísimo ingenio como hay en la mente del señor Guardamino. Y encima te lleva pa donde quiere por tol morro y tú te dejas porque estás flipando y gozando como una perraka y sólo quieres másss, mássss, másssssss!!! 




Mon Ceballos hace lo que le da la gana, es una mala bestia. Lo que le pidas te lo da. Si no lo es ya... va camino de ser una bestia parda de la escena y un actor que se lo van a rifar en tos laos. David Aramburu no se acogota y va de la mano de Mon. Con algo de miedo en lo pequeño, se suelta el melenón en cuanto le pides energía, porque tiene paburrir. Montse Gabriel y Laura Maure sin embargo están más envaradas. Supongo que por el estreno, por estar en un espacio tan cercano, con las miradas del público encima... aunque también te digo que Montse también fue yendo de menos a más. Creo que ambas dos deberían jugar más, divertirse más. Que para duro el recado que te tira Iñigo. El que no lo tenga ya apuntado, que se ponga con letras doradas el nombre de Iñigo Guardamino y que le de a todas las alertas de Google para que le avise de cualquier movimiento de este creador al que hay que seguir de cerca porque en cuanto nos descuidemos... le empiezan a llover premios, encargos, le nombran académico o yo qué sé y entonces podremos fardar de haberle declarado devoción eterna desde hoy mismo. Venga, os quiero a todos corriendo a "Sala tú" pero ya.  

Otelo. Bellas Artes.

Mira que soy partidario de meter tijera con Shakespeare. Vamos, que no me parece ningún sacrilegio talar y cargarte esas escenas que escribía entre soldados, o mesoneros, todo eso que estaba de relleno y como para dar trabajo a todos los actores de la compañía. Pero claro, entre podar un poco un Shakespeare y dejarlo en una cosa acelerada, borrando la mitad del proceso que lleva a Otelo del amor más brutal al más brutal asesinato de su amada es muy distinto. 
Creo así, para empezar, que Yolanda Pallín no ha acertado con su versión. Ha dejado la estructura tan escasa, que no se justifica el cambio de Otelo ni su decisión de matar a la pobre Desdémona y el hombre acaba pareciendo un chinado al que le da un brote un día. La terrorífica manipulación de Yago queda reducida a dos o tres momentos que no justifican para nada la decisión del moro. 
La escenografía es pobretona y obliga a los pobre actores a dar vueltas y a intentar justificar entradas y salidas de una forma cruel. Bajan de vez en cuando al patio de butacas no se sabe muy bien ni por qué ni a qué. La dirección en general es errática, sin un punto de vista claro y permitiendo que los actores vaguen cada uno en un tono distinto. 



Los actores... digamos que campan un poco a sus anchas llenos de tics, recursos fáciles, gestos exagerados, expresiones faciales... curiosas y rimel para dar y tomar. Y el momento de la muerte de la pobre mujer... sonrojante.
En definitiva, versión pobre y no muy acertada, dirección errática y reparto más errático todavía y campando a sus anchas en un montaje que desde luego no pasará a la historia de las adaptaciones de Shakespeare.

sábado, 6 de septiembre de 2014

El largo viaje del día hacia la noche. Marquina

No cabe duda de que este texto de O'Neill es una obra importante del teatro universal. Cuestionar eso a estas alturas sería una osadía. A pesar de haya gente que a día de hoy te discuta el valor de Shakespeare, pero bueno, esa es otra discusión.
Lo cierto es que la radiografía que O'Neill hace de esta familia enferma y enfermiza es tan exhaustiva como gráfica. Peeeero... también es verdad que el tiempo a veces es cruel y puede pasar como una apisonadora sobre determinadas obras, dejándolas con más polvo y olor a naftalina que la mesa de la señora Havisham. Y el tiempo ha pasado por encima del texto de O'Neil. Determinados conflictos ahora se ven añejos, pasaditos. Quizá en este caso sea porque falta el elemento globalizador de este drama. Lo que en otros autores o en otras obras es "universal" aquí es demasiado concreto, y claro, eso hace que el tiempo sea cruel. Además O'Neil retrata perfectísimamente el recorrido de los personajes desde que empieza la función hasta que acaba. Y ese es otro peso en contra que tiene la función. Está demasiado detallado y demasiado justificado lo que les va pasando a los personajes. La acumulación es real y contada en tiempo real. Así no quedan flecos y todo está justificado, sí, pero la función se pone en casi tres horas. Tres horas de hablar y hablar y hablar de conflictos...antiguos y algo pasados. En definitiva, que para mi gusto ha perdido vigencia e interés. Eso sí, como ejercicio actoral esta función es  perfecta. Permite a casi todos los personajes lucirse y transitar por terrenos pantanosos. Aunque quien se lleva la palma, lógicamente es Mary, la madre, en este caso Vicky Peña.



Vicky Peña es una actriz que para mi gusto, tiene una tendencia al melodrama y a llevarse sus trabajos por un lado lírico-afectado que suele funcionar. Que quede claro que me gusta mucho. Casi siempre. Y aquí el personaje le va que ni pintado. Esa mezcla de Blanche Dubois con... Vicky Peña es fabulosa. Está inmensa, deliciosa, ida, hada, flota y sobrevuela la realidad con esa afectación suya que en este caso le viene muy bien al personaje, aunque quizá ponga coto a un mayor desarrollo expresivo y se quede en la capa que mejor funciona, la del lirismo amargo. Lo que pa mi gusto mejor funciona, donde me toca realmente el corazón, es cuando reacciona a una puñalada de las que pueblan el texto y se queda con el gesto roto, la lágrima puesta y la boca torcida pero de verdad, con amargura, sin querer parecer la Garbo. Pero divina, da todo un recital.
Mario Gas está bien. Quizá le falten matices y se note un poco como que está tendiéndole la alfombra roja a su compañera para que esta se luzca. Pero solvente, duro, gracioso y a la altura. Muy buen trabajo.
Mamen Camacho tiene una escenita. Está bien, tan solvente como siempre y se mete al público en el bolsillo, cosa nada fácil con Vicky Peña al lado.



Juan Díaz está inmenso. Ya escribí en su momento que era sin duda lo mejor de "El hijoputa del sombrero". Es un pedazo de actor desaprovechado y gigantesco. Lo tiene todo, es guapo, tiene una presencia brutal, una voz cojonuda que usa como dios, y una inteligencia para comprender lo que dice y hace y llevárselo a su terreno convirtiendo cualquier cosa en algo natural que me flipa. Para mi gusto y sin lugar a dudas, lo mejor de la función.
La dirección es algo tediosa, dejando demasiado tiempo para el lirismo y con un ritmo demasiado pausado. La obra es una sucesión y acumulación de conflictos que llevan a la locura final, está claro, pero por eso quizá un poco más de brío no le vendría mal. Espacio escénico muy bonito, con buenas luces y todo estéticamente cuidado y bonito. Sinceramente creo que es un gran montaje, con unos trabajos brillantes, en el caso de Juan Díaz... directamente acojonante y que merece la pena ir a ver. Eugene O'Neil es siempre Eugene O'Neil, Vicky Peña es siempre Vicky Peña y juntar ambos genios en un clásico como este merece la pena. Y de paso... disfrutas con Juan Díaz.
 
     

viernes, 5 de septiembre de 2014

Shock & Show. Lava (Laboratorio de las artes) Valladolid.

¿Un espectáculo mezcla de cabaret, circo, burlesque, sexo, comedia, con unos padrinos brillantes, con el espíritu de Herta Frakel sobrevolando? Pues sí, cabaret bizarro, oscuro, berlinesco y tremendamente divertido. Un despliegue de saber hacer, de ritmo y de diversión. Rayuela demuestran de nuevo que cuando uno disfruta con lo que hace y lo ama, la comunicación está ahí, brillante y arrasando incluso en un sitio tan... árido como Valladolid. 




Quizá no sean los que mejor cantan del mundo, pero son los que le echan más arrojo y con eso basta. Se meten al público castellano en el bolsillo en dos minutos. Y la peña se parte el rabo con Lady Veneno y con Norman Johansson. Normal. Son brillantes, divertidos, sinvergüenzas, dos clásicos padrinos cabareteros con mil puticlubs a sus espaldas. 
La gente de Rayuela busca arte por cualquier lado y en Valladolid hay arrrte paburrir. Dan una patada y de pronto se juntan con los genios de esos músicos brillantes, de esa Olga Mansilla con su voz y su presencia fantasmagóricas y únicas, con el arte y el desparpajo de Rulo y de sus compis, actorazos y actrizonas metidas a cabareteros por una noche y con un pellizco que pa sí lo quisieran muchos "burlesqueros" de carrera y con el apabullante poderío en el trapecio, en las telas y en todas las artes circenses de Cristina Calleja y con Marta Ruiz de Viñaspre y su voz de terciopelo rojo sangre. Y flipas, pero del verbo flipar. Porque todo es salvajemente berlinés, sucio y transgresor. 




En definitiva, que entras dispuesto a pasar un buen rato y a los 3 minutos se te ha desencajado la mandíbula de admiración y sólo quieres que Lady Veneno te suba al escenario para poder disfrutar con y como ellos en el escenario. Un lujazo de la máxima altura, que además demuestra una vez más que gente variada, cada uno de su padre y de su madre se pueden unir en un proyecto común siempre que la base sea el trabajo riguroso y las ganas de jugar. Me quito mil sombreros ante ustedes, maestros, todos, uno tras otro. 




Y no me digas, pero que te metan un número jotero en medio de un cabaret y que encima sea el número rey del espectáculo tiene un mérito... Y colar un numerazo erótico-lésbico en pleno Valladolid ni te cuento.